
01 Feb
¿Cómo conseguir resultados naturales con neuromodulador?
Aunque hace años que el neuromodulador se utiliza en tratamientos estéticos, aún existe cierta reticencia en cuanto a la naturalidad de los resultados obtenidos. Hoy te vamos a contar ¿Cómo conseguir resultados naturales con neuromodulador?
Y no es de extrañar, ya que muchas veces, tanto en el cine como en la televisión, vemos a celebridades que, tras pasar por un tratamiento de neuromodulador, han transformado su rostro perdiendo la expresión natural del mismo.
Seguro que, mientras te contamos esto, se te está viniendo más de un nombre a la cabeza.
¿Por qué les ocurre esto? ¿Hay riesgos de que esto te pueda ocurrir a ti?
En este artículo vamos a despejar todas tus dudas y te desvelaremos ¿Cómo conseguir resultados naturales con neuromodulador?
¿Es posible usar neuromodulador con resultados naturales?
Desde ya te adelantamos que sí se pueden tener resultados naturales con neuromodulador.
Para ello, hay que entender cómo funciona el neuromodulador, la toxina botulínica.
Se trata de una sustancia que se inyecta en la zona deseada, por lo general una parte del rostro, y cuyos efectos son apreciables desde el primer día.
La función de esta toxina es producir una relajación en los músculos que suaviza las arrugas y las marcas de expresión de forma natural.
Para ello, es necesario que el profesional que se encarga de inyectar el neuromodulador haga un estudio previo del paciente para saber qué cantidad es necesaria.
Cuando se inyecta una cantidad excesiva de neuromodulador o se hace de forma incorrecta, este provoca una parálisis en el músculo y es cuando tienen lugar los rostros con apariencia hinchada o de “muñeca” con los que nos sorprenden algunas celebridades.
Cómo se ve un rostro natural tras el neuromodulador
Los resultados con neuromodulador de por sí son naturales siempre y cuando se lleven a cabo de la manera correcta, como decíamos antes.
Hay zonas concretas en las que se percibe si se ha hecho un buen trabajo o no:
- Mirada serena y relajada. Al relajarse los músculos, la mirada es tranquila. Por eso, uno de los primeros signos de que el tratamiento no se ha hecho bien son unas cejas elevadas de forma exagerada que dan la sensación de una mirada casi enloquecida.
- Entrecejo sin arrugas. Al ser una zona susceptible de tener arrugas de expresión, cuando se trata con neuromodulador tiene que notarse en la ausencia de arrugas o, cuanto menos, en su disminución. Si está tirante, no está bien hecho.
- Cejas que se mueven. Es decir, el neuromodulador no debe hacerte perder expresividad. Las cejas tienen que moverse de forma natural con el habla y los gestos y no quedarse fijas e inmóviles.
Todo apunta, en general, a la naturalidad a la hora de gesticular y expresarse con el rostro: reírse, hablar, sorprenderse…
Por eso no debes temer nada a la hora de inyectarte neuromodulador en el rostro: no vas a perder expresividad y personalidad en el rostro.
Requisitos para unos buenos resultados de neuromodulador
Como ves, el neuromodulador en sí no te va a provocar una falta de naturalidad en el rostro, es decir, no existe ese riesgo siempre y cuando se cumplan algunos requisitos básicos, pero muy sencillos.
Producto de buena calidad
La clínica debe contar con neuromodulador de la mejor calidad. En la clínica de la doctora Berezo solo utilizamos neuromodulador de la marca Vistabel porque hemos comprobado que es el que mejores resultados da. Además, también es más duradero.
Pero no solo hay que limitarse al neuromodulador: también es necesario contar con el correcto instrumental esterilizado y homologado para que no haya ningún problema durante o después del tratamiento.
Cantidad exacta de producto
El profesional sabrá cuál es la cantidad de producto que tiene que inyectar para conseguir un resultado sutil, teniendo en mente que tu rostro debe seguir viéndose natural.
El ejemplo es muy sencillo: los demás notarás que tienes mejor cara, pero lo achacarán a una nueva crema o a que te estás cuidando, aunque nadie pensará que has recurrido a un tratamiento estético.
Esa será la mejor señal de que el tratamiento ha obtenido los mejores resultados que se podía esperar.
Profesionales con experiencia
Siempre debes verificar que el profesional que se pone a cargo de tu tratamiento con neuromodulador está especializado en este campo y cuenta ya con cierta experiencia.
Es la forma de asegurarte de que estás en buenas manos y de que no se van a cometer errores que pueden desembocar en resultados poco naturales e insatisfactorios.
Es necesario inyectar la cantidad adecuada de neuromodulador, con la profundidad correcta y en el lugar preciso que corresponde.
Un profesional con años de experiencia no solo podrá hacerlo sino que, además, te asesorará desde el primer momento para que sepas cuáles son tus opciones y qué es lo más recomendable para tu situación.
Aplicación en el momento adecuado
Hay personas que esperan demasiado al momento de recurrir al neuromodulador y el asunto es que, cuantas más arrugas haya, más difícil será eliminarlas o disimularlas. Y no, esto no se soluciona inyectando más cantidad sin más, como ya hemos visto.
Lo ideal es hacerse el tratamiento de neuromodulador cuando empiezan a apreciarse las primeras arrugas, aunque apenas se noten.
¿Por qué? Porque será mucho más sencillo eliminarlas y además, ayudará a retrasar la aparición de nuevas arrugas, actuando así el neuromodulador como una prevención.
Resultados naturales con neuromodulador
La función del neuromodulador es relajar la contracción involuntaria de los músculos para que el rostro recupere su estado natural y la piel aparezca tersa y sin arrugas provocadas por la edad y las expresiones del rostro.
De hecho, el neuromodulador no solo se utiliza en medicina estética sino también en dolencias como la tortícolis espasmódica o la lumbalgia debido a este efecto relajador de los músculos.
Por lo tanto, el rostro recupera su estado natural sin que haya más intervención externa que eso y los resultados deben ser siempre los esperados.
Además, estos resultados tan naturales inciden también en el estado de ánimo y en la autoestima. Al verte bien en el espejo, te sentirás mejor por dentro y transmitirás esa nueva seguridad al exterior, cuando te relaciones con los demás.